El 90 por ciento de los estadounidenses consume más sal de lo que debe, según un informe reciente del gobierno.
La sal es tan ubicua en los alimentos que, para la mayoría de personas es difícil consumir menos. Un exceso de sal puede aumentar la presión arterial, uno de los factores de riesgo de la enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular.
"Nueve de cada diez estadounidenses consumen más sal de lo recomendado", apuntó la coautora del informe, la Dra. Elena V. Kuklina, epidemióloga de la División de Prevención de la Enfermedad Cardiaca y el Accidente Cerebrovascular de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los EE. UU.
Kuklina señaló que la mayor parte de la sal que los estadounidenses consumen proviene de alimentos procesados y no del salero de la mesa. Se puede controlar la sal del salero, pero no el sodio añadido a los alimentos procesados, advirtió.
"Los alimentos que más comemos, los granos y las carnes, contienen la mayor cantidad de sodio", señaló Kuklina. Añadió que dichos alimentos quizás ni tengan sabor salado.
Los granos incluyen alimentos muy procesados ricos en sodio, como comidas congeladas, sopas y panes basados en granos. La cantidad de sal de las carnes fue superior a lo esperado, pues la categoría incluía embutidos, según el informe de los CDC.
Debido a que la sal es tan ubicua, es casi imposible para los individuos controlarla, lamentó Kuklina. Realmente conllevaría un gran esfuerzo de salud pública para lograr que los fabricantes y restaurantes reduzcan la cantidad de sal utilizada en la comida que producen, aseguró.
Se trata de un problema de salud pública que llevará años resolver, dijo Kuklina. "No sucederá mañana", enfatizó.
"El suministro alimentario estadounidense es, en resumen, salado", concurrió el Dr. David Katz, director del Centro de Investigación de la Prevención de la Facultad de medicina de la Universidad de Yale. "Alrededor del 80 por ciento del sodio que consumimos no proviene de nuestros saleros, sino del que añade el sector alimentario. El resultado de esto es un consumo diario de sodio promedio excesivo medido en cientos y cientos de miligramos, y un exceso de muertes anuales por enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular que supera las 100,000".
"Según indica un informe reciente del IOM [Instituto de Medicina], la mejor solución para este problema es reducir los niveles de sodio en los alimentos procesados", añadió Katz. "El gusto se adapta muy rápido. Si los niveles de sodio bajan poco a poco, simplemente aprenderemos a preferir comida menos salada. Ese proceso, en la dirección opuesta, ha contribuido a nuestro problema actual. Podemos revertir la preferencia actual por la sal en exceso".
El informe aparece en la edición del 25 de junio de la revista Morbidity and Mortality Weekly Report de los CDC.
En alrededor del 70 por ciento de los adultos, la ingesta de sal debería limitarse a 1,500 miligramos (mg) al día, pero apenas el cinco por ciento de dichos adultos cumplen con ese nivel, según el informe.
Para los demás, la cantidad recomendada de ingesta diaria de sal es de menos de 2,300 mg al día, según el informe.
Reducir la ingesta de sal no es importante solo para las personas con hipertensión, señaló Kuklina. Es bueno para todos, "aunque no tengan hipertensión", aseguró.
Kuklina dijo que las personas pueden hacer algunas cosas para reducir su ingesta de sal. Se pueden comer menos alimentos procesados, y enfocarse en alimentos frescos y congelados. También se pueden leer las etiquetas de los productos para ver cuánta sal contienen, y optar por comida baja en sodio, aconsejó.
Kuklina también aconseja lavar las verduras y habichuelas enlatadas en agua para eliminar la sal.
Los datos del informe se recolectaron de 3,922 individuos que participaron en la Encuesta nacional de examen de la salud y la nutrición de 2005 y 2006.
Samantha Heller, dietista, nutricionista y fisióloga del ejercicio, comento que "casi el 80 por ciento de nuestra ingesta de sodio proviene de comidas procesadas, de restaurantes, congeladas y preparadas".
La investigación sugiere que reducir la ingesta de sodio a 2,300 mg por día para las personas sanas, y a 1,500 mg por día para las personas que sufren de presión arterial alta, que son de mediana edad, mayores o negras, resultaría en beneficios de salud sustanciales, señaló Heller.
"Las compañías de comida han indicado que reducirán el sodio en algunos de sus productos, pero pasará tiempo antes de que suceda, y sólo algunos productos tendrán menos sodio. La verdad es que reducir nuestra ingesta a entre 1,500 y 2,300 miligramos por día es algo difícil de lograr, y poco realista para la mayoría de personas", apuntó.
Lo mejor para los consumidores sería cocinar más en casa. Ahorra dinero, y ayuda a reducir la ingesta de sodio, grasas saturadas, grasas "trans", carbohidratos refinados y calorías excesivas en la dieta, aseguró Heller.
"Cualquier reducción en el sodio de la dieta es un paso en la dirección correcta", añadió. "Podemos ayudarnos al aumentar nuestra conciencia de dónde se oculta el sodio en la comida, leer las etiquetas de los alimentos (observe los miligramos de sodio por porción e ignore el porcentaje), revisar el sodio en la comida servida en los restaurantes que frecuentamos cuando esté disponible, y encargarnos de nuestra salud y de lo que comemos cocinando más en casa".
Más información
Para más información sobre cómo limitar la sal, visite el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de EE. UU.
Artículo por HealthDay, traducido por DrTango
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